Desesperado vecino de Angol inició huelga de hambre

Un dramático llamado a las autoridades hizo el vecino angolino desalojado este martes de su vivienda, luego que su casa fuera vendida dos veces y los actuales dueños pidieran el desalojo a través de la vía judicial.

Como ya informáramos ayer, Jaime Bravo Espinoza, compró la casa hace 10 años, en el 2004, a Ruth Adriana Salazar Hidalgo. Luego de esto, la antigua dueña, tras darse cuenta que éste no había inscrito la propiedad en el Conservador de Bienes Raíces, la volvió a vender, esta vez a otra familia, quien tras un proceso judicial solicitaron el desalojo de la Familia de Bravo Espinoza, situación que se concretó la mañana de este martes.

Tras el hecho, el comerciante asegura que nadie le ha dado una solución real a su problema, manifestando que lo que él quiere es recuperar su vivienda, la que le fue estafada y en la cual vivió por más de 10 años.

“Yo no quiero que me den plata ni que me arrienden una casa por mientras, ya que eso va a durar unos meses y después voy a quedar peor. Yo quiero que se revise mi situación, que se revise el juicio. Lamentablemente nosotros nos asesoramos por la Corporación de Asistencia Judicial y ellos no hicieron nada, e incluso cuando debían apelar por mi causa, tampoco lo hicieron”, declaró el afectado vecino.

HUELGA

Afirmó además que comenzó una huelga de hambre líquida hasta que alguien lo escuche, ya que, según asegura, ha hecho saber su caso a varias autoridades, hasta la Presidenta y no ha tenido respuesta alguna. “Yo he mandado carta a gran cantidad de autoridades, hasta a la Presidenta le mandé una carta explicándole mi situación y nada. Nadie me ha escuchado ni me ha ayudado y ahora estoy en la calle, con todas mis cosas y esperando que no llueva para que no se me terminen de deteriorar las pocas cosas que me quedan buenas”, comentó.

SOLIDARIDAD

Muchos vecinos han solidarizado con Jaime Bravo, pero aun así no ha encontrado solución y a medida que pasan los días su situación se torna cada vez más dramática.

“Yo no me voy a mover de aquí hasta que no me den una solución y alguien me escuche. Mi señora y mi hijo están muy afectados sufriendo y debieron irse a vivir a la casa de mi suegro. Estamos sufriendo por la maldad  de una persona que nos estafó y por la mala atención que nos dieron quienes se encargaron de nuestro caso, nosotros somos una familia de esfuerzo y hoy, después de tener una casa, no tenemos nada”, argumentó el afectado comerciante.

Por Rodrigo Zurita / Las Noticias de Malleco