Aislación térmica para combatir la contaminación del sur de Chile.
Este fue uno de los planteamientos realizados durante el seminario “Cambio climático y eficiencia energética”, donde se señaló que las normas de aislación térmica para viviendas en Chile aún tiene mucho por avanzar para alcanzar los estándares de Europa.
La eficiencia energética puede ayudar mucho al objetivo de disminuir la contaminación en las ciudades del sur de Chile. Así lo indicó el arquitecto y consultor chileno en construcción sustentable Norman Goijberg, durante un seminario organizado por la Cámara Chilena de la Construcción y la Campaña Nuevo Aire.
Según Goijberg, “la eficiencia energética es clave para mantener el nivel de confort térmico con un consumo menor. Es la base para bajar la contaminación pues produce que las construcciones no necesiten calefacción o utilicen muy poco las estufas”.
Chile, aseveró el arquitecto, tiene varios años de atraso respecto a los países desarrollados que están a la vanguardia en aislación térmica y uso eficiente de energía. “Es necesario impulsar un cambio de actitud también de la demanda. Si se realiza un esfuerzo por construir una casa o edificio mejorado en términos energéticos, esto debe ser valorado por el comprador. De lo contrario, no se produce ningún incentivo para concretar una construcción más eficiente”.
En Chile, la normativa de aislación térmica para las viviendas está vigente desde 2002 para los techos y desde 2007 para muros y pisos, recordó Goijberg. “Todo lo anterior a 2002 no tenía ninguna reglamentación térmica. Sin embargo, la reglamentación del 2007 es muy básica y elevar la normativa habría implicado un salto grande en los costos de construcción. Todo el mundo sabe que es insuficiente y en estos momentos solo se está estudiando una modificación para las viviendas. Para los edificios de uso público no hay nada”.
Las ciudades del sur están muy contaminadas por el mal uso que se le da a la leña. En Europa la biomasa es un recurso muy utilizado porque es renovable, destaca Goijberg. ”Suecia tiene un sistema distrital de calefacción por biomasa que es eficiente. En Chile, la tentación siempre con la leña es prohibirla, pero es un error. La leña es un producto local, renovable, que da trabajo y que, a través de los bosques donde se produce, absorbe contaminación. Lo que debemos hacer es fomentar el consumo adecuado y para eso son mejores los sistemas centralizados, que aseguran una utilización racional. Por ejemplo, el recambio de estufas en Temuco es un parche de corto plazo. La solución es tener sistemas generales que son mucho más eficientes”.
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