CONDENAN POR SEGUNDA VEZ A PROFESOR POR ABUSO SEXUAL EN CONTRA DE MENOR DE EDAD EN ANGOL

Primer juicio fue anulado y en el segundo, docente fue nuevamente condenado por abusar sexualmente de una niña de 3 años, pese a que Fiscalía optó por no hacer declarar a menor para evitar su re-victimización.

La Fiscalía logró condenar -por segunda vez- al profesor Jaime Aníbal Castro Figueroa, por el delito de abuso sexual infantil cometido el año 2011, en perjuicio de una niña de tres años y cuatro meses, al interior de la escuela del sector de Chacaico de Angol.

En octubre de 2013, el docente fue condenado por estos hechos, como autor de abuso sexual infantil, a sufrir la pena de 541 días de presidio, pero luego la Corte de Apelaciones de Temuco acogió un recurso de nulidad deducido por la defensa y ordenó repetir el juicio oral.

En el segundo juicio, con la misma prueba pero con otros magistrados, el acusado fue nuevamente condenado por el ilícito, a la misma pena de 541 días de presidio, además de la sujeción de la vigilancia de la autoridad durante los diez años siguientes al cumplimiento de la pena principal y a la inhabilitación absoluta temporal para cargos, oficios o profesiones ejercidos en ámbitos educacionales o que involucren una relación directa y habitual con menores de edad.

El fallo estableció que durante el período del primer semestre de 2011, “el profesor Jaime Aníbal Castro Figueroa, al interior del Colegio Chacaico, ubicado en la zona del mismo nombre, de la comuna de Angol, en al menos una oportunidad realizó actos de significación sexual y relevancia en perjuicio de la víctima, consistente en manoseos de su zona genital”, se señaló.

Complejidades del caso
El fiscal jefe de Angol, César Schibar, quien sostuvo la acusación en ambos juicios, valoró el fallo, por cuanto “se logró probar el delito y la participación del acusado a pesar de las complejidades del caso, como tiempo transcurrido desde la comisión del ilícito o la escasa edad de la víctima”.

El persecutor explicó que  incluso la Fiscalía optó por no hacer declarar a la víctima, para protegerla, y en atención además a después de 3 años ya no recordaba muchos detalles.

“Sin embargo, existieron otros elementos que fueron utilizados, como la declaración que fue recabada por un psicólogo de la Oficina de Protección de Derechos de la Infancia de la ciudad de Angol, que tuvo contacto por primera vez con la víctima, y a quien le relata lo sucedido”,  precisó el persecutor.
Por Jaime Arancibia / El Periodico.cl / Foto Archivo

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